Archivo mensual: abril 2007

Historia de la Biblia – 4

Pruebas del Origen Divino de la Palabra de Dios

2. El Testimonio del Espíritu Santo 

El Espíritu Santo nos testifica que es la Palabra de Dios; porque es el mismo Espíritu Santo el autor de la Biblia. Además nos confirma que es la Palabra de Dios respaldándola con poder. 

3. La Durabilidad de la Biblia 

Ha sobrevivido a través de las edades. Ningún libro ha enfrentado tanta oposición como la Biblia; sin embargo se ha multiplicado en números y lenguajes. Jesús dijo: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mateo24:35, Marcos13:31, Lucas 21:33). 

Voltaire, el famoso incrédulo francés, quien murió en 1778, dijo que cien años después de su muerte el cristianismo y la Biblia serian barridos de la existencia y pasado a la historia. Pero, ¿qué pasó? Voltaire pasó a la historia, pero la Biblia sigue extendiéndose mas y mas llevando bendición por donde quiera que vaya. 

Acerca de la burla de Voltaire acerca de la extinción del cristianismo y la Biblia, solo cincuenta años después de su muerte la Sociedad Bíblica de Génova compro la casa y la imprenta de Voltaire para producir grandes cantidades de Bíblias. 

En el año 303 D.C. el emperador romano Diocleciano proclamó un edicto para destruir a los cristianos y su sagrado libro; lo irónico del caso es que solo 25 años después el Emperador Constantino comisionó a Eusebio de Cesárea ha preparar 50 copias de la Biblia con el mejor material posible a expensas del gobierno. 

El yunque (la palabra) desgasta los martillos (las críticas). 

La durabilidad y supervivencia de la Biblia es prueba de su origen divino.   

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Historia de la Biblia – 3

Pruebas del Origen Divino de la Palabra de Dios

En la historia encontramos eslabones desde los días y escritos de Moisés hasta el tiempo presente.

1. La Biblia es su propia prueba

La Biblia son sus propias credenciales. La Biblia nos habla con autoridad final.

En Hebreos 6:13-18 dice: “Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente. Y habiendo esperado con paciencia alcanzó la promesa.

Porque los hombres ciertamente juran por uno mayor que ellos, y para ellos el fin de toda controversia es el juramento para confirmación. Por lo cual, queriendo Dios mostrar mas abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento; para que por dos cosas inmutables en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros.”

Esto es lo que significa la autoridad final, Dios juró por si mismo.

No hay autoridad mas alta que Dios, y como Él escribió el libro es suficiente para decir que lo que Él dijo es verdad.

El no puede mentirnos; ni tampoco necesita mayor autoridad para establecer Su verdad.

En Mateo 7:28-29 después del Sermón del Monte dice: “Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.” En Marcos 1:22 dice prácticamente lo mismo. En Juan 7:46 los alguaciles que fueron a arrestarlo dijeron: “¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!”

Jesús hablaba con autoridad final.

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Historia de la Biblia – 2

En Segunda de Pedro 1:20-22 el Apóstol nos dice: “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en un lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios, hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.”

De aquí vemos que la Palabra de Dios vino por inspiración y revelación.

REVELACIÓN: El acto de revelar, ó algo que revelado, ó descubrir, ó develar.

INSPIRACIÓN: Soplar (inspiración Divina significa soplado por Dios, el Espíritu Santo)

En Segunda de Timoteo 3:16 dice: “Toda la escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.”

La  revelación  es el mensaje (descubriendo al salvador)

La inspiración es como vino, el método utilizado.

La conciencia profética significa la convicción calificada por parte del profeta o apóstol del llamado divino para proclamar la Palabra de Dios.

Los profetas del Antiguo Testamento también operaron en la palabra de conocimiento y la palabra de sabiduría.

Mas de 2500 veces dice: “Así dijo Jehová”, ó “la Palabra de Jehová vino”, o “Dios me habló y me dijo”.

En Números 12:6-8 dice: “Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él. No  así con mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa. Cara a cara hablaré con él; y verá la apariencia de Jehová….”

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Historia de la Biblia – 1

El Origen de la Biblia – 1

Todos los escritos originales de la Biblia se han perdido así que, ¿cómo podemos saber que lo que tenemos es fidedigno?

Sabemos que la fe no se basa en incertidumbres.

Debemos leer y estudiar la Palabra con la confianza que es la misma Palabra de Dios.

La Biblia tiene un tema principal que es la redención del hombre.

Es un libro, con un autor y 66 divisiones.

Fue escrita por cerca de 40 escritores en un período de 1600 años.

Para entender la Biblia debemos conocer y entender a su autor.

Biblia: viene de la palabra griega “Biblos” que significa “los libros”.

En Daniel 9:2 dice: “En el año primero de su reinado, yo Daniel miré atentamente en los libros el número de los años de que habló Jehová al profeta Jeremías, que habían de cumplirse las desolaciones de Jerusalén en setenta años”. Lo que Daniel había leído eran los escritos de Jeremías acerca de la cautividad Babilónica de Israel (Jeremías 25:11-12; 29:10); pues los 70 años ya casi habían concluido.

El autor de Hebreos habla del Antiguo Testamento en el verso 10:7 cuando dice: “…como en el rollo del libro está escrito de mi.” El verso que cita es el Salmo 40:7, que muestra a Jesús como la figura central del Libro.

En Oseas 8:12 donde dice “Les escribí…” el profeta se está refiriendo a sus propios escritos, los cuales fueron hechos por inspiración.

En Efesios 6:17 dice que “la espada del Espíritu es la Palabra de Dios” y  en Juan 1:1,14 vemos que Jesús es la Palabra viva de Dios.

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.”

No están en desacuerdo porque el autor de la Biblia es el Espíritu Santo.

Si tuviéramos los originales la gente los veneraría y adoraría. Recordemos lo que hizo el Rey Ezequías con la serpiente de bronce que Moisés hizo en el desierto (2 Reyes 18:14); tuvo que destruirla porque la gente la adoraba porque estaba asociada a Moisés.

¿Cómo es que los escritores de la Biblia obtuvieron su mensaje?

Pablo dijo que fue por revelación e inspiración. En Gálatas 1:11-12 dijo: “Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mi, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo”; y en Efesios 3:3 dijo: “…que por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente.”

En Segunda de Pedro 1:20-22 el Apóstol nos dice: “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en un lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios, hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.”

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Pruebas concluyentes de la existencia de Jesús

Recientemente encontré un blog «La Verdad sobre el Victorioso«; en el que encontré una respuesta de Fernandoque es una de las mejores demostraciones de la existencia de Jesús que he encontrado.

Aquí se las dejo para que la disfruten.

¿EXISTIÓ REALMENTE JESUCRISTO?

Dos razones justifican el planteamiento de este problema; de hecho se ha negado la existencia histórica de Jesucristo, aunque hoy día nadie la niega aún en el campo racionalista.Una segunda razón es el hecho mismo del culto que se da a Cristo a fuerza de idealizar su figura humana en el arte y el culto, parece que se aleja de la realidad histórica.

1. LA NEGARON.

Negaron la existencia histórica Dupuis (1743-1809) y Volney (1757-1820). Bruno Bauer enseña durante cuarenta años (1840-1880) que todas las figuras del cristianismo primitivo son ficciones literarias. Kalthoff, muerto en 1906, afirmó que el cristianismo no debe su origen a Cristo, sino a las condiciones sociales del siglo II. Jensen, H.Zimmern, H; Wickier acuden a las tradiciones asirobabilónicas para explicar la creación de Cristo. John Mackinson se apoya en las tendencias politeístas del pueblo judío. William Benjamín Smith apela a una secta pre-cristiana que tenia un dios llamado Jesús.

Arturo Drews publicó en 1909 su primera obra contra la existencia histórica de Jesús. Cuando reanudó sus publicaciones en 1921, después de la primera guerra mundial, no tuvo la misma acogida. Sus publicaciones nihilistas llegaron hasta 1927, pero sin que la ciencia las tomara en serio. En Francia y Bélgica tuvo gran resonancia la obra de L. Couchoud, publicada en París en 1924 con el título «Le mystére de Jesús». Los adversarios de la existencia histórica no aportan razones históricas. Forman su teoría a base de los datos que recogen de la historia de las religiones comparadas con la vida y la teología de Cristo. Esto explicaría, por otra parte, por qué los estados civiles laicistas fomentan la enseñanza de la «Historia de las Religiones»…. La crítica liberal del siglo SEX y la Escuela de la Historia de las Formas nunca tomaron en serio la inexistencia histórica de Jesús. R. Bultrnann, el crítico que más avanza en el negativismo histórico, no puede menos de reconocer como un hecho la existencia de Jesús, aunque reduce su historia al mínimo.

2.- LA ARQUEOLOGÍA DICE QUE SI.

Para negar la existencia histórica de Jesús hay que renunciar no sólo a la literatura cristiana, sino a parte de la no cristiana, y sumergir en el misterio de lo inexplicable lo que hoy llamamos «cultura occidental». La geografía de Palestina, con sus múltiples excavaciones y hallazgos arqueológicos, que van sacando a la luz los monumentos cristianos del período romano y bizantino, son un monumento insobornable del paso de Jesús por la tierra.

3.- LOS CUATRO EVANGELIOS.

Los cuatro Evangelios, estudiados como ningún otro libro, son escritos muy cercanos a los días de Jesús, que ascienden a sus propios discípulos.

4.- PABLO.

Nació algunos años más tarde que Jesús y recogió todo el ambiente judío y jerosolomitano conmovido por la predicación y los hechos del profeta de Nazaret. Con que se admita una sola de sus cuatro grandes cartas, donde habla de los primeros apóstoles, de los parientes de Cristo, de su vida y estado, de las cuestiones y controversias relacionadas con las primitivas cristiandades, habrá que rechazar como impropios de la ciencia los conatos de deshacer la existencia histórica de Jesús.

5.- ESCRITOS CRISTIANOS DE LOS SIGLOS I Y II.

Los escritos extracanónicos de fines del siglo I y principios del II están todos llenos de lo que Pablo llamaba «La ciencia de Cristo crucificado»; el símbolo de los apóstoles, la Didaché, la carta de Bernabé, Clemente Romano, Ignacio de Antioquia, Arístides de Atenas, Aristón de Pella. El filósofo, Justino, natural de Samaría y muerto en el 165 cuando escribe su primera Apología dice que hacía 150 años que había nacido Jesucristo en una cueva cercana a la aldea de Belén y que él había conocido los arados hechos por el carpintero de Nazaret. Orígenes en el siglo III escribe: «Se muestra en Belén la cueva donde nació Jesús. El hecho es público en todo el país. Los paganos mismos saben que en esta gruta nació un cierto Jesús adorado de los nazaremos Tertuliano, que nació en Cartago hacia el año 160, y estaba especializándose en leyes e instituciones romanas, dice que en los documentos oficiales de Roma podía verse la genealogía de Cristo y el nombre de sus padres en el censo realizado en tiempo de Augusto.

6.- LA LITERATURA JUDÍA POSCRISTIANA.

No puede prescindir de Jesús, aunque sea sólo para calumniarlo, J. Klausner, profesor en la unidad Hebrea de Jerusalén, escribe una biografía sobre Jesús, que es muy pronto traducida del hebreo al inglés, al alemán y al francés. En la parte que dedica a las fuentes, estudia ampliamente el testimonio de Talmud. M. Coguel, decano de la facultad de teología protestante de París, dedica todo el capítulo II a las fuentes no cristianas sobre Jesús y menciona al Talmud, Flavio Josefo, a Plinio el Joven, Tácito y Suetonio.

Flavio Josesfo, historiador judío que escribió hacia el año 90 de nuestra era sus «Antigüedades Judías», menciona en esa obra dos personajes de la historia evangélica: Juan Bautista y Santiago, hermano del Señor. A propósito del primero, indica su muerte por Heredes Antipas; el segundo es llamado «hermano de Jesús, por sobrenombre Cristo».

7.- FUENTES ROMANAS.

También aquí los textos son generalmente breves, pues a los autores no les interesaba una Vida de Jesús, pero los autores atestiguan la

existencia de Cristo y de una religión fundada por El, lo mismo nos dicen los Evangelios .

Suetonio menciona a Cristo a propósito de un edicto del emperador Claudio expulsando a todos los judíos de Roma, por los desórdenes que había promovido el barrio judío a propósito de Cristo. «Claudio expulsó de Roma a los judíos convertidos en una causa permanente de desórdenes a impulsos de un tal Crestos! Acontecimiento que es recordado en los Hechos de los Apóstoles. En el año 52 Pablo encuentra en Corinto a Aquila y Oriscila, recién llegados de Italia: «Por haber decretado Claudio que salieran de Roma todos los judíos» (Hch. 18,2)

El mismo historiador hace de paso una mención de los cristianos a propósito de los suplicios a que se les sometía bajo Nerón. «Se infligió a los cristianos, gente dada a la superstición nueva y maléfica».

Tácito habla también de los cristianos a propósito del incendio de Roma. Su texto es mucho más importante porque es más circunstanciado. Los menciona relacionándolos con Cristo afirmando que éste fue ejecutado en Judea bajo Tiberio, por orden del procurador Poncio Pilato: «Este nombre les viene de Cristo a quien, bajo el principado de Tiberio, Poncio Pilato entregó al suplicio; esta detestable superstición, reprimida por el momento, se manifestó de nuevo, no sólo en Judea, donde había nacido el mal, sino también en Roma, a donde afluye y encuentra numerosa clientela todo lo que hay de horrible y vergonzoso en el mundo».

Plinio el Joven, gobernador de Bitnia, en una carta al emperador Trajano le pregunta qué conducta ha de seguir respecto a los cristianos de su provincia. A este propósito, indica el resultado de la encuesta que ha hecho como consecuencia de numerosas denuncias: «Afirmaba tener costumbre de reunirse en días fijos, antes de salir el sol, para cantar a Cristo, considerado como Dios. Un cántico alternado, y comprometerse por juramento a no cometer crimen ninguno sino abstenerse del robo, asesinato, adulterio, infidelidad… Después de esto se separaban para volver a tomar un alimento común e inocente».

A estas fuentes literarias se podría añadir el descubrimiento epigráfico hecho recientemente en el litoral palestinense, en Cesárea, y lleva el nombre de «Pontius Pilatus». Es la primera vez que se halla mencionado su nombre fuera de las fuentes literarias que están relacionadas casi todas con Cristo.

8. LA IGLESIA VIVIENTE.

La existencia de la Iglesia actual prueba la existencia de Cristo, pues ésta no se explica sin Aquél. Cristo es la causa de la existencia de la Iglesia como sociedad y él recuerdo siempre presente en su culto. «La Iglesia cristiana es una de las realidades de nuestro tiempo que podrá agradar o no, pero no puede ignorar ningún observador inteligente del panorama contemporáneo. Por tanto, cuando tratamos de estudiar los acontecimientos de los que surgió el papel que desempeñó en ellos su fundador, no procedemos como los arqueólogos, que reconstruyen un organismo extinguido. Los acontecimientos forman parte del edificio viviente de una sociedad contemporánea, cuya dependencia de su fundador es un rasgo permanente de su continuada existencia». (C.H.Dodd)

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